La lucidez fragmentaria: Jean de la Bruyère y la cuarta edición de Los caracteres
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Resumen
Cuando Jean de La Bruyère empezó a escribir los primeros textos de Los caracteres, la máxima había ya alcanzado un lugar preponderante como género privilegiado de la crítica ética y moral del Clasicismo francés. No bastante, la cuarta edición de su obra (publicada en 1689) introdujo ciertas innovaciones ideológicas y escriturales que trascendieron las convenciones de la máxima clásica. Al objetar tajantemente la exposición discursiva propia de la discusión filosófica y la argumentación teológica, La Bruyère favoreció, en contra de las abstracciones sistémicas, el análisis fragmentario y la conjetura demostrativa. Este acontecimiento representó un hecho literario históricamente notable, pues le permitió a la máxima alcanzar una modernidad sin precedentes, al convertir el lenguaje, a la vez, en instrumento y materia de investigación y examen de sí mismo.