Del espíritu de las narrativas pasadas en Oliver Twist
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Resumen
Oliver Twist, el huérfano más célebre de la literatura, hizo su aparición en las páginas de Bentley’s Miscellany en febrero de 1837. Desde entonces, su historia ha figurado en todo tipo de medios textuales y audiovisuales, de suerte que la imagen del infante de familia desconocida, cuya inocencia le lleva a triunfar ante la injusticia social que lo asedia, guarda una relación indisoluble con la obra de Charles Dickens. El linaje diegético del expósito Oliver se descubre en las páginas finales de la novela que lleva su nombre. Su genealogía artístico-literaria, sin embargo, es un secreto a voces que inspira personajes peculiares y una estructura narrativa basada en coincidencias y revelaciones. En este artículo se exploran algunas de las conexiones más relevantes entre Oliver Twist y las narrativas dieciochescas que le antecedieron. En específico, se atienden los legados de las novelas de Henry Fielding y las narrativas visuales de William Hogarth, los cuales fueron determinantes no sólo en la representación tragicómica de las clases bajas —como se ha llegado a sugerir— sino también en la concepción del protagonista, la caracterización de personajes secundarios y el diseño de la trama principal.