La aporía del ser en Aristóteles: lenguaje, realidad y verdad
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Resumen
Refutar el relativismo sofista (el homo mensura de Protágoras), es una de las tareas más urgentes que se propone la filosofía de Aristóteles. De aceptar su validez se borraría la distinción entre lo bueno y lo malo, lo verdadero y lo falso, la realidad y la ficción, el ser y el no-ser. El relativismo sofistas, al rechazar la unidad esencial del ser y diseminar su significación hasta el infinito, impide la posibilidad de un conocimiento verdadero, justo y bueno sobre lo real, promoviendo un alarmante “todo vale”. Para rebatirlo, Aristóteles intenta demostrar que el ser (lo real) posee en sí una substancia esencial (ousíā) que le otorga estabilidad ontológica fuera de toda contingencia sociohistórica. La ousíā (esencia), al fijar la identidad del ser, garantiza la posibilidad de su referencia unívoca e inequívoca y, por tanto, del conocimiento y la verdad. Ahora bien, al momento de dar cuenta de la ousíā como fundamento de la unidad del ser, Aristóteles no hace sino abrir una aporía: la ousíā, el ser del que es (esencia), se dice de muchas maneras, existe una irreductible diversidad en su significación. La diversidad de significaciones remite a una pluralidad de esencias, lo cual señala, paradójicamente, la imposibilidad de la identidad fija y plena del ser, la imposibilidad de la unidad y estabilidad ontológica de lo real. El presente artículo tiene como objeto analizar y reflexionar críticamente esa aporía del ser en Aristóteles.